¿Cómo Desarrolla la pirámide de la productividad?
La primera respuesta a esta pregunta, se enfoca en crear y mantener hábitos constructivos, mismos que al ser constantes generarán un ritmo de productividad más eficaz.
También es importante descubrir en nosotros mismos los "momentos de mayor rendimiento en el día" para conocer cuándo somos más productivos. Como un ejemplo a este punto, dado mi horario biológico (yo particularmente soy más productivo por las mañanas) he diseñado mi rutina desde tempranas horas, a las que he venido llamando horas sordas", pues es ahí donde -dado el tipo de trabajo que desempeño, sus, variables compromisos y los diversos proyectos que manejo encuentro mayor capacidad de concentración y evito distracciones de todo tipo en mi entorno.
Un tercer elemento, para desarrollar la pirámide de la productividad, clave es el de formar una cultura interna de manejo de prioridades, metas diarias y de planeación, que una vez estructurado y asegurándonos de su continuidad y seguimiento contribuirá favorablemente al patrón de nuestro manejo del tiempo.
Toda vez que he determinado y desarrollado estos tres conceptos, mi enfoque estará en establecer niveles y categorías de actividades, tareas y acciones que deberé manejar y balancear, en congruencia con el tiempo y programación de todo lo que tenga en planes para el periodo específico a valorar y de este modo distribuir mi tiempo" de una manera realmente productiva.
¿Cómo definir mis valores, identificarlos y darles prioridad?
Siendo realistas tanto la casa, la oficina, el desarrollo personal son parte de una misma ecuación, mas cada una conlleva una serie distinta de necesidades, metas y compromisos. En este sentido, ninguna puede perder enfoque y lo importante será dejar en su justo lugar el nivel de prioridad que implica.
Al igual que un proyecto administrativo a cada prioridad le deberemos de fijar un valor y peso específico, un objetivo y metas por alcanzar, establecer una estrategia y un planteamiento táctico con acciones y prioridades y valores ponderados a cada uno a modo de verificar el avance. Así de sencillo, la planificación se convertirá en la clave para el control.
Los pasos más básicos de un buen sistema de administración de nuestro tiempo suponen establecer las metas de corto y largo plazo, identificar los pasos intermedios que habremos de tomar para alcanzar las metas, un buen seguimiento apoyado en tu calendario, agenda, listas de tareas y cualquier otro apoyo que cada uno utilicemos para dar continuidad en tiempo y forma.
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