Pero ¿cómo llegamos a este problema? La respuesta no están obvia como decir: ¡gastando! Esa sólo es la consecuencia de algo más.
Veamos cuales son algunas de ellas
1. El desorden: No hay nada más caótico que él. Así que la primera regla que debes seguir es darle orden y administración a la manera en cómo usas tu dinero, hacerlo te ayudará a que el dinero te rinda más.
2. Sobrepasarse: Los límites son buenos.
Ayudan a establecer puntos de advertencia que nos pueden ahorrar problemas financieros, ya que a veces nuestros gastos nos llevan a pellizcar un poco de nuestro ahorro o los financiamos con la tarjeta de crédito. A la larga, esto sólo hace que la siguiente quincena parezca más larga en días y más corta en dinero.
3. Meses sin intereses: Los meses sin intereses son excelentes aliados cuando queremos algo con muchas ganas. Sin embargo, se pueden convertir en un arma de doble filo cuando se empiezan a acumular. Lo único que hace este montón de pendientes financieros es disminuir aún más tu pequeño ingreso. ¡No permitas que te pase! Y la próxima vez que vayas de compras deja la tarjeta en casa.
4. El hartazgo: El aburrimiento no sólo saca de balance, también acaba costando... y caro. Esto porque se convierte en un disparador de ciertas conductas nada buenas para nuestra cartera. Tan sólo imagina un día X de un mes X de un año X, que al no tener nada que hacer te vas de compras nomás por que sí y al final sigues igual de aburrido pero ahora sin dinero. Evita estas situaciones y busca actividades que saquen lo mejor de ti.
5. La holgazanería: La flojera de no caminar, de no cocinar, de no cuidar la salud y hasta de no entrar a la banca electrónica para mover cierta cantidad a la cuenta de ahorro, con el tiempo sólo puede acarrear el ya tradicional 'si yo hubiera'. Un poco de agua fría en la cara y a activarse.