Nueve de diez personas han pensado dedicarse a otra cosa en este año.
La mayoría de la gente cree que es humillante tener un empleo de baja categoría.
Si tienen un trabajo de ese tipo, su intención es realizarlo solo hasta que aparezca una mejor oportunidad.
Muchas personas opinan que no están hechas para el trabajo físico. ¿Por qué? Tal vez porque se
Han dejado influir por los medios de comunicación, que pintan la vida ideal llena de lujos y tranquilidad.
La creencia popular es que trabajar duro es para fracasados
Lo curioso es que hay muchas personas a las que les gusta el trabajo duro. “Te da muchas satisfacciones, sobre todo cuando lo haces por un fin noble”
Además, el trabajo arduo eleva la autoestima. Porque trabajar duro no es fácil y puede ser aburrido, pero si somos disciplinados y no renunciamos al esfuerzo, tendremos el gusto de saber que hemos dado lo mejor de nosotros; le habremos ganado la batalla al deseo de tomar el camino más fácil.
Hágase un Experto
Por supuesto, es imposible convertirse en un experto de la noche a la mañana, y a nadie le gusta hacer cosas que no se le dan bien. Quizás sea por eso que a muchos no les gusta su empleo: porque no se esfuerzan lo suficiente como para hacerse expertos
En realidad, uno puede aprender a disfrutar de casi cualquier tipo de empleo si tiene la actitud correcta, es decir, si se concentra en aprender a hacer las cosas bien. “Esforzarse al máximo y ver resultados es muy agradable. Esa satisfacción nunca la tendrás si sigues la ley del mínimo esfuerzo.”
Piense en Como beneficia su empleo a los demás
No caiga en el error de pensar solo en cuánto dinero le pagan. Pregúntese: “¿Por qué es necesario mi empleo? ¿Qué pasaría si nadie lo hiciera o si se hiciera mal? ¿Cómo beneficia a los demás lo que hago?”
Esta última pregunta es especialmente importante, ya que la respuesta puede ayudarnos a disfrutar más de lo que hacemos. Después de todo, Jesucristo dijo: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. Además de los que reciben un beneficio inmediato de nuestra labor —como nuestros clientes o nuestros jefes—, hay otros a los que también beneficiamos: nuestra familia e incluso quienes están en necesidad.
Haga más de lo que le piden
En lugar de limitarse a hacer lo mínimo, haga más de lo que le piden. Póngase retos cada vez mayores: trate de realizar sus tareas más rápidas y mejor. Dele cuidadosa atención a los detalles más pequeños.
Si hace eso, es probable que disfrute más de su trabajo. ¿Por qué? Porque no lo está haciendo por obligación, sino por gusto. Usted es el que toma la decisión y nadie más, recuerde. “La mano de los diligentes es la que gobernará, pero la mano floja llegará a usarse para trabajo forzado”
Mantenga el trabajo en su lugar
Aunque trabajar mucho es admirable, recuerde que eso no es lo único en la vida recuerda que hay que asegurarnos “de las cosas más importantes” ¿Cuáles son algunas de ellas?
Dedicar tiempo a la familia y los amigos, y más importante aún, a los asuntos espirituales y meditar en ello.
Las personas que llevan una vida equilibrada disfrutan mucho más de su trabajo.